Aunque parezca un juego de palabras entre chicos, este es el manejo que el Gobierno municipal tiene con  algunas cuestiones.

Si no, pregúntenle a la Comisión Directiva del Club de Pelota Chascomús, que casi sobre la marcha se enteró que por un “capricho” municipal el baile de carnaval organizado no se iba a poder llevar a cabo.

Puede haber tres factores, bastante disímiles entre sí, como para entender este proceder del Ejecutivo municipal: alguna interna con directivos del Club, el temor a que fracasara una de las noches del carnaval que el propio municipio estaba llevando a cabo o la propia inoperancia de la actual gestión.

Imagínese cualquier entidad que emprende este tipo de organizaciones, con todo lo que eso conlleva, comprometer gente para que trabaje, la compra o bien la mercadería que se prepara para el evento, contrataciones y además los propios vecinos que iban a asistir al baile, esto y mucho más hablan del desinterés por lo que organizan los demás y sobre todo con una institución como el club de Pelota en el medio.

Para agregar algunas cuestiones, el Club de Pelota es la salida de emergencia que tiene el Teatro Brazzola, el municipio ha pedido varias veces el salón de dicha institución para eventos municipales y el Club sin ninguna objeción cedió sus instalaciones, el propio Club debe hacerse cargo de las roturas que sufre el edificio por los problemas de pérdidas en el baño que tiene el Teatro y el municipio no se hace cargo de solucionar.

En sí, la relación y el ejemplo que debería pregonar el Ejecutivo está muy lejos de ser el que una institución de tal envergadura merece.

Porque los dirigentes que hoy están al frente del municipio pasan, pero las instituciones quedan…