Análisis

Navila en la ciudad de la furia

Uno de los reclamos en la Comisaría.
Uno de los reclamos en la Comisaría.
Navila y Garay.
Navila y Garay.

Por Nelson Dafoe

Nada que podamos decir o hacer, podrá volver atrás los acontecimientos de los últimos días en nuestra ciudad.

Nada podrá evitar un crimen atroz, los desmanes posteriores o hasta las declaraciones, miserias y oportunismos observados.

Sí, podría servir todo ello como aprendizaje, duro, muy duro, pero aprendizaje al fin.

Navila fue cruelmente asesinada, nada puede modificar esa caratula ni justifica cualquier comentario, error u omisión que podamos hacer cualquiera de nosotros.

Ello sin embargo, no impide analizar algunas cuestiones vinculadas al suceso, la ausencia de contención familiar, la triste realidad social que nos atraviesa como espada de Damocles, la perversidad de una parte de la sociedad que se empecina en traficar ilusiones, prebendas y sexo, fueron y son, un combo difícil de sobrellevar.

La primera reacción, siempre, es buscar culpables y no responsables, cada individuo es un actor social donde derechos y obligaciones alcanzan diferente grado de exposición.

Las redes sociales son hoy, por lejos, el vehículo por donde se canalizan sentimientos, reacciones y definiciones.

Tampoco son ajenos los grandes medios de comunicación nacionales, que buscando rating a cualquier precio, amplificaron los sucesos de estos días, pero que han observado un desconocimiento supino de los actores locales.

Buscar responsables es hurgar en sitios recónditos de la sociedad chascomunense y no tanto.

Es evidente que los desmanes y los interlocutores elegidos para encabezar un intento de pueblada no fueron los adecuados, es evidente que buena parte de los chascomunenses se vieron impactados, también que no fueron participes cuando vislumbraron el desmadre.

Para los más memoriosos, el crimen de Emilio Blanco supuso una bisagra en la sociedad chascomunense de los 90, que se movilizó como pocas veces en su historia, en esta ocasión sin embargo, las ausencias fueron notorias.

Es que las miserias habituales de la política más temprano que tarde intentaron obtener su parte del botín, aunque parece que fue una herida que la propia sociedad cauterizo sin demora.

Buitres y caranchos no tardaron en aparecer y algunos todavía resisten, comunicadores locales cuyos parientes integran la lista de Juntos por el Cambio, el primer candidato a concejal por el mismo espacio, abogado defensor de la familia, una candidata a intendente por Roberto Lavagna oficiando en la TV nacional de vocera oficiosa de la familia, un personaje conocido como “El venezolano” llamando a la “resistencia”, para algunos mezcla de provocador, que intenta disimular algún desequilibrio pero que algunos lo miran con la desconfianza propia de quien suponen integrante de algún “servicio” y hasta la propia interna del Frente de Todos, cuya principal agrupación juvenil, aún no digiere la candidatura de Javier Gastón por su espacio.

Todavía nadie explicó por qué estaban casi como agazapados metros más atrás en inmediaciones del Reloj, incluso, hasta voceras oficiosas de cuanta movida retorcida se encuentre referida a la seguridad, todo ello, mientras varios inadaptados juveniles hacían “sonar el escarmiento” a la institución policial en su conjunto.

El saldo fueron cinco policías heridos, roturas, daños a la comisaría y la infantería con orden de dispersar, mientras que del otro lado los gaseados y corridos no fueron pocos, aunque ningún golpeado, ni herido.

Aún con diferencias, a radicales, lavagnistas, camporistas, “servicios” y demás contertulios, los une el espanto, pareciera que la tarde del lunes los encontró a todos del mismo lado y con el mismo objetivo táctico: responsabilizar a la actual administración municipal.

Sendas marchas al municipio, la sede de la Secretaría de Seguridad y la propia casa del jefe comunal, certifican y clarifican la movida con más tufillo a opereta política berreta que ha reclamo real de la familia.

La respuesta no se hizo esperar, el martes Javier Gastón, acompañado por miembros de su Gabinete recibió a los familiares, descomprimieron la situación y abrieron un canal de diálogo directo, sin intermediarios, a excepción de la justicia.

Según la fiscal Bertoletti al caso estaría casi resuelto, Garay, autor material del hecho, si bien se negó a declarar sólo por estrategia judicial, ya habría reconocido el feroz asesinato, de su relación con la menor, la funcionaria judicial ya dejó entrever que no sería, ni nueva, ni esporádica, ni desconocida por algunos familiares.

Es correcto y acertado reforzar los servicios locales de contención familiar, aunque en un país donde el Gobierno nacional y provincial han disparado todas las variables económicas y sociales, la tarea no parece fácil.

Adjudicarle responsabilidades a la Secretaría de Seguridad, por un hecho casi imposible de evitar es infantil y hasta políticamente ingenuo, aunque buitres y caranchos, suelen rascar el fondo del tarro en busca, siempre, de un trozo podrido de la realidad.

Destrozos en la sede policial.
Destrozos en la sede policial.
Reclamo en la Comisaría.
Reclamo en la Comisaría.
Pintadas frente al Reloj.
Pintadas frente al Reloj.

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