El intendente de Dolores, Camilo Etchevarren, irá por la reelección a pesar de sentirse acorralado por distintas causas judiciales.
De esta manera el jefe comunal buscará un cuarto mandato, dado que llegó al poder en 2007 representando a la Coalición Cívica, logrando su primera reelección con el mismo sello en 2011 y la segunda en 2015 con Cambiemos.
Sin embargo, Etchevarren tiene algunas cuentas pendientes con la Justicia. Por ejemplo, hay una causa en su contra que data de 2011, año en que se descubrió que mientras el intendente se encontraba fuera de la ciudad sin autorización del Honorable Concejo Deliberante, se firmaron 116 decretos que llevaban su firma. Por esos hechos, se lo acusa de “incumplimiento de los deberes de funcionario público y falsedad ideológica de instrumento público”.
Pero este muchacho también fue acusado de fingir un robo para reponer en el cargo a un comisario amigo, que había sido exonerado luego de una investigación que lo ponía en el centro de la escena en una causa por órdenes de allanamientos adulteradas.
Etchevarren, como si fuera poco, estuvo involucrado en el escándalo de los aportantes truchos, ya que tanto él, como sus hermanos, varios funcionarios y concejales aparecen como aportantes a la campaña que llevó como candidatos de Cambiemos a Esteban Bullrich como senador nacional y Graciela Ocaña como diputada. Pero eso no es todo, porque aparecen también beneficiarias de los programas “Ellas hacen”, “Argentina trabaja” y monotributistas sociales.
Al parecer, mucho problema no se hacen, ni el propio Etchevarren ni las máximas autoridades del oficialismo a nivel provincial, porque siguen avalando la postulación de este personaje, que tiene manejos oscuros y cuentas pendientes con la Justicia.