Cada 26 de enero se celebra el Día Mundial de la Educación Ambiental, con el objeto de concienciar a la población, mediante la educación, sobre la problemática ambiental y su afectación a la calidad de vida presente y futura, fomentando el camino hacia un desarrollo sostenible.
En este nuevo aniversario se hace cada vez más imperioso asumir la responsabilidad de seguir generando hábitos que nos permitan conseguir los objetivos propuestos.
En este sentido, la importancia de cuidar el ambiente incluye también acciones cotidianas del hogar o lugar de trabajo. Se puede provechar la luz natural y utilizar lámparas bajo consumo, desconectar los aparatos eléctricos y cargadores cuando no se utilicen y controlar la etiqueta de evaluación del consumo eléctrico.
Sumamente importante es ahorrar agua, plantar árboles y cultivar frutas y verduras; separar la basura, reutilizar botellas plásticas, usar bolsas reutilizables y reducir o evitar el uso de automóviles.