Un clásico

Atalaya: 80 años de calidad, esfuerzo, expansión y sobre todo familia

Las PyMEs familiares son uno de los pilares más grandes y a la vez más sufridos de la economía argentina. Algunos de ellos, con el correr de los años sufren los embates del país y deben cerrar sus puertas, otros, en cambio, se renuevan, buscan la expansión y pasan a ser un ejemplo de perseverancia y profesionalismo empresarial

Desde hace 80 años, a la vera de la Ruta 2, existe en Chascomús el ya mítico e ineludible parador Atalaya, lugar obligado de descanso y encuentro.

Juan Ignacio Castoldi, vicepresidente, junto a Cristian de Cicco, director, nos recibieron en el renovado e histórico primer parador sobre la ruta mano a Mar del Plata.

“Estamos terminando este 2022 muy contento por haber llegados  a los 80 años, algo que no es sencillo para pymes familiares. Se dice que la tercera generación es la que la vende o la termina destruyendo y nosotros todo lo contrario tenemos un sentido de pertenencia y la convicción de llevarla para adelante y que siga creciendo”.

Los años fueron pasando y Atalaya no solo se quedó con el local en la ruta, sino que la ampliación por medio de las franquicias está llegando a diferentes puntos de la provincia

Observando a quienes hoy están al frente del directorio, se nota su simpleza y humildad, basta con decir que, a la hora de pedir un café y en días en donde los empleados son mayormente nuevos, por la temporada, no se animaron a pedirles un café ya que no los conocían y decidieron llamar a una empelada de años que si sabía quiénes eran y ella se encargó del pedido.

La tecnología y la renovación de los locales “la competencia en la ruta se ha digitalizado y modernizado, nosotros, sin perder la esencia de nuestro local, también estamos encarando esa renovación y hoy se puede ver en nuestros servicios que vamos en el camino correcto”.

“Somos conscientes de que hoy un auto tiene la autonomía suficiente para llegar de Buenos Aires a Mar del Plata sin frenar, con lo cual debemos redoblar la apuesta y nuestra conclusión es que ´la gente para por que elige y no porque  necesita´”.

Atalaya ha dejado de ser solo la Ruta 2, por eso a la hora de hablar de Franquicias Juan nos cuenta “tenemos 2 en Zárate, Canninng, dos en La Plata, Mar del Tuyú y contratos firmados con Aeroparque, Cañuelas, Pilar (que ya se está construyendo) y la tercera en La Plata. La idea es sumar cuatro a cinco franquicias por año, y poder expandirnos a otra provincias y otros países, como  Uruguay, que es un anhelo que también está en carpeta”

Pero no solo el plano empresarial le interesa a esta gestión, la parte social es otra de las maneras de estar presente en la comunidad “colaboramos constantemente con el hogar de ancianos municipal, comedor San José Obrero donde está la hermana Hilda, otros comedores y  la Orquesta Escuela. Son instituciones que dan mucho y en algunos casos es una sola persona la que se esfuerza y ahí queremos estar para acompañar ese esfuerzo”.

Uno de los motores de esta pyme son sus empleados, “tenemos un plantel permanente de entre 140 a 150, con un refuerzo importante en temporada que hace llegar a unas 200 personas y sumando las franquicias rondamos los 250 puestos de trabajo”

“Tenemos la fortuna de que muchos de nuestros empleados toman esto con compromiso y por eso les enseñamos lo mejor, es el primer trabajo de muchos chicos y sabemos que este trabajo los marcará para el futuro” afirma Cristian, con orgullo y sentimiento.

Mientras charlamos es incesante el ingreso y egreso de gente, es viernes y cada palabra que queda grabada se refleja en el funcionamiento del local.

Juan y Cristian, en cada palabra, en cada gesto y a cada instante se muestran felices y seguros del destino que le están dando a la empresa familiar.

En lo que hace a la pandemia, explicaron: “la verdad es que nos afectó muchísimo, no teníamos volumen de venta ya que nuestros clientes están lejos de los locales, por eso tuvimos que generar puntos de delivery en capital y a través de eso pudimos sortear una coyuntura difícil. Nos sirvió incluso para que surjan  nuevas franquicias en Capital, un lugar que no había pisado la empresa y el año que viene se va a hacer realidad”.

A modo de cierre, y volviendo a la esencia familiar, indagamos sobre los almuerzos familiares, el ámbito donde se encuentran las diferentes generaciones de Atalaya “los miembros más longevos de la familia, los mismos que nos reconocieron el esfuerzo y la dedicación en los años de pandemia, hoy son quienes nos acompañan en tener proyectos de crecimiento y expansión. Este es el rumbo que queremos tomar, el de desarrollar una gran empresa”.

Todo empezó hace 80 años. La realidad los hizo pasar por todos los obstáculos posibles, pero las ganas, el empuje y la enseñanza familiar hizo de esta PyME una parada obligada en la ruta y el reconocimiento de un nombre ligado al compromiso y la calidad.

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