Este viernes 12 de marzo cumpliría 94 años el expresidente de la Nación Raúl Alfonsín. Un hombre austero, de diálogos y consensos, que en los tiempos más difíciles de nuestro país priorizó el bienestar y la democracia de todos los argentinos por sobre los intereses propios y fue capaz de liderar, con el sustento de la voluntad popular, un proceso político que encaminó al país en la senda de la paz y la tolerancia, dejando un legado muy importante.

Coincidente con la fecha de su nacimiento, se celebra el Día del Militante Radical

Es por eso que en varios distritos habrá actos donde se recordará su figura en homenaje a la trayectoria, ética, dignidad y militancia de quien es reconocido como el Padre de la Democracia Recuperada.

Acto en Chascomús

Las autoridades del Comité Radical de Distrito informaron que a las 18 horas., por el Día del Militante Radical, se hará un breve homenaje al pie del monumento a Raúl Alfonsín, ubicado en la esquina de Avenida Costanera España y calle Muñiz, en el parque Libres del Sur.

La concurrencia será limitada y todos los presentes deberán tener barbijo y mantener distancia social.

Alfonsín ejemplo de militancia

Alfonsín fue un “militante” con mayúscula de la causa de su histórico partido. Un hombre que comenzó la actividad política muy joven en su Chascomús natal y tras una larga carrera política como concejal, diputado provincial, diputado nacional y dirigente que ocupó los más altos cargos partidarios, y luego de varias derrotas, logró vencer al balbinismo para transformarse en el líder indiscutido de la Unión Cívica Radical.

En 1983 se convirtió en el Presidente de Argentina tras la vuelta del sistema democrático al país, luego de los siete años de la negra noche de la dictadura, siendo el hombre que consolidó la República

Una vez finalizada su Presidencia, y por su irrenunciable vocación militante, fue senador nacional y continuó recorriendo pueblos, visitando y hablando en los

Comités, abrazando viejos y nuevos amigos. Capaz de viajar cientos de kilómetros para saludar y disertar ante un puñado de seguidores en algún recóndito lugar de la Patria.

Se escuchan todavía “Sigan ideas, no sigan hombres, fue siempre mi mensaje a los jóvenes. Los hombres pasan, las ideas quedan y se transforman en antorchas que mantienen viva a la política democrática”, palabras de Alfonsín que se encuentran y amalgaman con las de Sergio Karakachoff, dirigente radical secuestrado, torturado y asesinado por su oposición a la dictadura “Un militante no es un héroe. Simplemente quiere vivir. Simplemente no se conforma con aceptar que otros han decidido ya su vida, su futuro, sus módicas ambiciones y su muerte”.

La figura de Alfonsín –que falleció el 31 de marzo de 2009- quedó como un ejemplo de humanismo e integridad cívica, con profundas convicciones en defensa del interés nacional y la justicia social.

Fue un hombre que consagró y enseñó la importancia de la militancia tanto en los triunfos como en las derrotas, porque tenía siempre un sentido de pertenencia indeclinable a la UCR.

Sin dudas la sociedad toda reconoció en él la honestidad, la humildad, la dignidad, la fidelidad a lo nacional y a sus colores partidarios y muchos, tardíamente, se lo agradecieron.