El joven arquitecto Facundo Campos es parte de un proyecto de biogás, donde el objetivo es la mitigación del cambio climático a través del aprovechamiento de este gas, dejando en claro que los residuos son en realidad recursos.
En principio, el matriculado comentó sobre la génesis del emprendimiento: “junto a Enrique Pérez Cazal y Patricio José Anderson comenzamos a elaborar métodos de tratamiento de residuos orgánicos en el marco de un emprendimiento que denominamos CH4 Energy”.
“Decidimos fabricar un prototipo de biodigestor para la demostración de su funcionamiento y los alcances del mismo. Enrique hace 40 años que viene trabajando el sistema y nos conocimos en un proyecto de biogás que desarrolló el INTECH del cual formé parte”,
Luego, el integrante de la Delegación Chascomús del Distrito 1 del Colegio de Arquitectos de la provincia de Buenos Aires (CAPBAUNO) agregó que “este modelo de biodigestor tiene una boca de entrada (carga de la materia orgánica mezclada con agua), y dos de salida: una inferior de biol (fertilizante líquido) y otra superior de biogas, el cual es filtrado y acumulado en un gasómetro que tiene una capacidad de 200 litros”.
“Con este prototipo obtuvimos el resultado calculado previamente: una hora diaria de biogás con pureza del 65 % a 70 %, pudiéndose mejorar este porcentaje con un proceso de filtrado y enriquecimiento. En este momento estamos diseñando modelos a mayor escala para la aplicación en distintos ámbitos: rurales, industriales, comercio, etcétera”, añadió.
Finalmente, Campos explicó que “la esencia de este proyecto es el tratamiento de los residuos orgánicos, en este caso estiércol vacuno, evitando la contaminación y teniendo beneficios como la producción de biogás y un efectivo fertilizante líquido que permite la recuperación de suelos”.
“Cabe recordar que el biogás es una energía renovable compuesta principalmente por metano y dióxido de carbono generados por la biodegradación de biomasa en un ambiente sin oxígeno. A partir de esta ausencia de oxigeno comienzan a trabajar las bacterias anaeróbicas que producen el gas metano. Si algo deja en claro este proyecto es que los residuos son en realidad recursos”, cerró.
La profesión y su intervención
Respecto de su intervención profesional, Facundo señaló: “los arquitectos somos conscientes que cada obra, en la cual estamos involucrados, forma parte de un sistema aún mayor denominado CIUDAD. Uno de los enfoques principales de una ciudad es el medio ambiente. Y en ese aspecto es importante saber que durante las últimas décadas la superficie de la Tierra se fue calentando más de lo que debía, como consecuencia de los GEI (gases de efecto invernadero) dentro de los cuales el metano es uno de los que más afecta. De ahí la importancia de este proyecto, como una forma concreta de contribuir a la mitigación del cambio climático, a través del aprovechamiento de este gas”.
“En este proyecto estoy asesorando técnicamente para asegurar la normalización del proceso constructivo y del sistema, para que pueda ser replicado, y fomentar el uso racional de los recursos, reduciendo la contaminación, en búsqueda de un desarrollo urbano sostenible”, finalizó.