Por Nelson Dafoe
Las elecciones legislativas de este año ya comienzan a mostrar movimientos en los diferentes espacios políticos locales, este 2021 se renovarán diputados, senadores, concejales y consejeros escolares.
En Chascomús ya se perciben algunos escarceos, los primeros en abrir fuego fueron las radicales de Cambiemos, pasan horas enteras disparando tiros al aire con temas, en los cuales, no logran mover el amperímetro.
El ahora reducido espacio que encabeza el abogado penalista José Ochoa también mostró algunas cartas últimamente, pero nada que la población perciba hasta ahora como una propuesta de campaña y si algo de maquillaje electoral.
Mientras tanto, en la coalición gobernante, se dio esta semana el dato más revelador de todos, primicia exclusiva a la cual tuvo acceso este cronista, siempre ávido de analizar en profundidad la política lugareña.
No es secreto para nadie medianamente informado que aún faltan definiciones, no sólo de una eventual suspensión de las elecciones primarias, sino además sobre la posibilidad de reelección de intendentes y legisladores.
Esta última cuestión tiene en vilo a varios personajes que no saben cuál sería su futuro según lo que se defina oportunamente, incluido Javier Gastón.
Lo concreto es que Unidad por Chascomús llegó para quedarse al Frente de Todos de la mano de Sergio Massa,por lo menos, hasta que el jefe no disponga otra cosa.
A nivel local, al margen de los acuerdos previos al 2015, ahora con la anuencia o complicidad de algunos, no ha dejado de engullir dirigentes o espacios del peronismo y tomarlos como propios.
Su última y flamante adquisición es el por ahora concejal Gabriel Macchi, quien ha firmado su pase al massista Frente Renovador, a cambio de un nombramiento en dependencia nacional, en desmedro de su responsabilidad como presidente del Partido Justicialista local.
En un solo pase de póker, Javier Gastón y su alter ego Cipriano Pérez del Cerro, no sólo “borocotizaron” a Macchi y su banca del Concejo Deliberante, la cual dejaría en las próximas horas, sino que además aspiran a quedarse con el sello del Partido Justicialista, algo que horroriza a más de un peronista vernáculo.
El desglose de la “transacción”, a la que tuvo acceso exclusivo este cronista consta de varios aspectos, por un lado, al divorcio y ruptura con su anterior jefe político, el camporista José “Cote” Rossi, seguiría la renuncia de Macchi a su banca de concejal y finalmente el silencio y sometimiento sin reservas del Partido Justicialista al manejo subterráneo de Unidad por Chascomús.
La contrapartida a ello es un contrato laboral de cinco ceros en dependencias de Ferrocarriles Argentinos, reducto massista manejado por el exintendente de Junín, Mario Meoni.
Según otras fuentes del peronismo, la cuestión amenaza con convertirse en un escándalo en la interna del oficialismo local, no son pocos los dirigentes que ya han sido anoticiados de la pérfida noticia y que advierten sobre posicionamientos públicos en contra de tal situación.
El historial de Gabriel Macchi en materia de lealtades no ayuda a pensar sobre buenas intenciones de uno u otro lado, sin embargo, los días venideros serán de constante observación por parte de este cronista.