Para evitar infecciones provocadas por efecto de las posibles floraciones de cianobacterias, se presentan una serie de medidas de prevención.
Estos organismos microscópicos fueron los primeros seres vivos registrados en nuestro planeta con 4 mil millones de años de antigüedad.
Las cianobacterias han estado presentes en numerosos ecosistemas, pero principalmente en cuerpos de agua dulce (ríos, lagos, lagunas).
Los cuerpos de agua naturalmente presentan un proceso de eutrofización (aumento de concentración de nutrientes especialmente de nitrógeno y/o fósforo) y con ello, un aumento en la capacidad de desarrollo algal y vegetal.
Se trata de un proceso natural y transitorio que se potencia por las pocas lluvias, bajo nivel de agua, temperaturas altas, falta de oxígeno, y por distintos procesos antrópicos (el vertido de nutrientes a través de desechos cloacales, pesticidas, fertilizantes, intensificación productiva y desechos industriales).
Las toxinas que liberan pueden provocar una amplia variedad de infecciones gastrointestinales, respiratorias, neurológicas, de la piel, de los oídos y de los ojos. Los síntomas más comunes son diarrea, erupciones cutáneas, dolor de oído, tos e irritación ocular. Consulte a un médico si presenta algún síntoma y mencione que estuvo en contacto con un cuerpo de agua.
La Municipalidad monitorea constantemente la situación a través del Sistema de Alerta Temprana por Cianobacterias (“Cianosemáforo”) y continúa realizando diversos análisis del agua.
En este sentido, la laguna de Chascomús se encuentra en “Riesgo Bajo” con floraciones incipientes, por lo que se aconseja evitar el contacto con las manchas verdes (en caso de que las hubiera), lavarse con agua limpia luego de salir de la laguna, tomar mucha agua para liberar las toxinas del cuerpo, no comer alimentos que provengan del agua y prestar especial atención a niños y mascotas.