En las primeras horas de la madrugada de este miércoles 17 de febrero, la historia del folklore escribió una de sus páginas más tristes: a los 82 años falleció Omar Moreno Palacios, emblema del canto surero.
La noticia se conoció minutos antes de las 2 de la mañana cuando su hija Rocío volcó un sentido posteo en el Facebook oficial del músico: “Me cuesta escribirlo, me cuesta decirlo, me cuesta entenderlo. Hace apenas dos horas casi, ya no calculo el tiempo, falleció Omar. Omar Ramón Moreno, ese es su nombre. Eligió ponerse el apellido de su mamá para que sea su nombre artístico, que fue y será siempre Omar Moreno Palacios”.
“Mi papá, mi ídolo, por qué no, mi compañero de charlas, de encuentros, de guitarreadas, de amor de padre que fue, quizás, lo mejor que hizo, después de haber compuesto y escrito las más hermosas canciones”.
“El mejor papá del mundo”.
“Nos decía antes de dormirnos ‘te quiero hasta arriba del techo del cielo’ y se lo teníamos que repetir. Hoy te lo grito con todo mi corazón ‘te quiero Pa, hasta arriba del techo del cielo’”, expresó acongojada, al tiempo que recibió el pésame de decenas de admiradores, que le hicieron llegar su cariño en este duro momento”.
El cantautor, guitarrista y gaucho había nacido en Chascomús, el 5 de septiembre de 1938. Cultor del estilo surero, aprendió de rasguidos y bordonas con Mario Pardo, quien fuera guitarrista de Carlos Gardel.
Inició su carrera como profesional en noviembre de 1956 y un año después debutó en "Radio Carve" de Montevideo, República oriental de Uruguay, junto a Charlo y Sabina Olmos.
Además, con ánimo de difundir nuestras costumbres, creó y condujo el programa "La posta de Omar Moreno Palacios" en "Radio Excélsior" y en AM 98,7 "La Red".
Valorado como uno de los intérpretes indiscutidos de la música surera, junto con José Larralde, Argentino Luna y Alberto Merlo, compartió escenarios con Antonio Tarragó Ros, Los Cantores de Quilla Huasi, “El Chúcaro” y Norma Viola y Los Chalchaleros, entre muchos otros.
Hacedor de obras que enaltecieron el cancionero nacional, como “Sencillito y de alpargatas”, “Coplas por Milonga”, “Almacén de ramos generales”, “Huella sin huella”, entre tantas otras que han marcado a fuego el paisaje sonoro de la llanura.
Un hombre de alpargatas y palabras sencillas
En una entrevista de 2018, en FolkloreCLUB TV, Moreno Palacios dialogó con Agustín y Ernesto Nanni sobre su amor por los caballos, el Martín Fierro y la estirpe musical de su familia. Dijo entonces: “mi papá era un gran cantor, pero no saló fogonero. Mi mamá cantaba muy bien. Mi casa era una casa totalmente de puertas abiertas. Toda la gente que iba era gente de campo, mis abuelos eran troperos y guitarreros, gauchos”.
En otro tramo de la conversación, señaló que en su “tercera juventud” continuaba escribiendo y que sus fuentes de inspiración no habían cambiado: “Todavía me emociona la salida del sol en la Bahía de Samborombón”.
Seguramente hoy, ya fundido con los pájaros del amarecer, Don Omar se haga canción, seguramente se reencuentre con Hugo Díaz y vuelva a imitar el trémolo que le dictaba la lluvia sobre su guitarra inmortal. Aquí, cada vez que suene una de sus obras, la llanura pampeana estará de fiesta, celebrará la vida de un gaucho de ley que supo pisar el suelo argentino.