Por Carlos Humberto Malfa

Queridos hermanos sacerdotes:

Quiero convocarlos, y a través de ustedes a todo el Pueblo de Dios que peregrina en nuestra Iglesia particular, a que en toda la diócesis tengamos un gesto común para expresar la tristeza y el dolor ante la legalización de aborto en nuestro país, renovando también nuestra inquebrantable esperanza.

Es por ello que les pido a todos los párrocos que el día 31 de diciembre al finalizar la misa de las vísperas de la Solemnidad de Santa María, Madre de Dios, se hagan sonar a duelo las campanas de todos los templos.

Que el sonar de las campanas, en vísperas también de la Jornada Mundial de Oración por la Paz, recuerde a toda conciencia que: “La mayor amenaza para la paz es el aborto” (Madre Teresa de Calcuta). Y unidas a las campanas se eleve nuestra oración incesante a Dios creador y amante de la vida para que renueve en nosotros y en nuestras comunidades la esperanza y el compromiso en el cuidado de toda vida humana, misión que no termina.

Los saludo en Cristo y María Santísima.

(*) Obispo de Chascomús.-