Por José Ignacio Ochoa
Es momento de equilibrar la balanza, es momento de hacer movimientos estratégicos que nos permitan poco a poco empezar a recuperarnos. Las incongruencias actuales son manifiestas, gran parte de los sectores de la economía local se empezaron a reactivar mediante la implementación de protocolos y en determinadas franjas horarias.
Ahora bien, resulta ilógico creer que hay menos posibilidad de contagio cuanto más acotada es la franja horaria… La limitación horaria que se le impone a los bares -por dar un ejemplo- es una clara muestra de una cuestión a revisar, en su momento también pasaba con los supermercados, se les imponía un máximo de atención de hasta las 19 horas, por suerte primó la sensatez y el sentido común y se modificó esa cuestión, aunque creo que es hora de hacerlo con el resto de los sectores.
Por otro lado, y en el mismo sentido creo que otra cuestión a revisar -que es pasible de mejoras- es el tema de los gimnasios y los centros de entrenamiento, con los correspondientes protocolos, y teniendo en cuenta que por parte del municipio se autorizó la vuelta de los ensayos de danzas, ¿resulta ilógico autorizar gimnasios? Más que nada cuando en muchos de ellos se practican a su vez danzas.
Creo que hay que cambiar los ejes drásticamente, dejando de lado la improvisación y apuntando a una cuarentena inteligente que sea modelo en la zona, de no ser así, no sólo los casos se van a seguir disparando por la “clandestinidad” sino que cada vez van a ser más los negocios fundidos en todo el distrito, y por tanto más chascomunenses perderán su sustento.
(*) Presidente de Juntos por Chascomús