Una frentista del Barrio Aliva exteriorizó en las redes sociales su desesperanza:
“Y un día me cansé. Me cansé de llamar al 147 y pedir que por favor nos “hagan algo” con las calles. Me cansé de pelearnos entre vecinos por quien sale o no en contramano para no atropellarnos, me cansé de mandar cartas pidiendo reuniones con el Municipio para ver de ambos lados una posibilidad de mejora.
Me cansé de que la chica del 147 me tenga que (todos los días) tomar mi nombre y apellido para tomarme la queja; me cansé de que me rocen el espejo del auto para poder zafar de no romper los amortiguadores; me cansé de que el semáforo los fines de semana no funcione para que el turista pueda pasar tranquilo (turista acostumbrado a pasar cientos de semáforos en su ciudad) siendo nosotros (los del pueblo) los que pagamos todo el año los impuestos, me cansé de que este tema quede en el grupo de WhatsApp del barrio, me cansé de que quede en el Face del barrio y nadie de solución.
Que el instituto, que la empresa constructora, que el instituto de la vivienda. BASTA. No pedimos que se nos asfalten, sólo pedimos que, aunque sea, cada tanto nos tiren algo en esos cráteres para poder circular.
Chascomús está hermoso, tal vez, cómo nunca lo vi antes, unos espectáculos y kermesses divinas, pero me cansé de que mi auto sea un cascabel”.