El análisis político de la semana

De alquimias y realidades

Sede del Ejecutivo local.
Sede del Ejecutivo local.

Por Nelson Dafoe

Cuando a la medianoche de este miércoles 12 Cenicienta vuelva a ser quien fue, sabremos en buena medida quiénes se enfrentarán en las elecciones de octubre.

Es que a las 24 horas vence el plazo de conformación de alianzas o frentes electorales y buena parte del camino electoral se despeja, Chascomús no es ajeno a ello.

El oficialismo municipal se enfrentará a un auténtico plebiscito de su gestión, Javier Gastón y su principal ladero y armador político, Cipriano Pérez del Cerro, deshojan la margarita.

Es una sociedad que ha funcionado y perdurado en el tiempo, por más que algunos intenten con relativo éxito adjudicarle a Unidad por Chascomús un perfil horizontal, lo cierto, es que las decisiones políticas de peso pasan inexorablemente por ese dúo.

Las declaraciones de Pérez del Cerro han sido claras, contundentes y sobre todo, pragmáticas, muy pragmáticas, harán acuerdos con cualquier agrupación política que les garantice un anclaje nacional con chances de triunfo a nivel local, exceptuando al radicalismo.

Ergo, en la grilla quedan Sergio Massa o Unidad Ciudadana, PJ kirchnerista o como quiera el lector bautizarlo.

Es por ello que el próximo miércoles será día de definiciones, el lector desprevenido puede no adjudicar relevancia a la fecha, pero créale a este humilde e ignoto escriba, puede que sea en ese momento, cuando comience la verdadera cuenta regresiva.

Los dilemas de Chapita y Cipriano

Dicen los que saben, nada peor puede sucederle a un político que no poder manejar sus propios tiempos y decisiones, exactamente eso sucede ahora en el municipio, aliados de Sergio Massa, si este decidiera arrimarse al peronismo, espacio que más volumen político alguna vez le dio, la zamarreada a la que se exponen “los Verdes” no es menor.

Resultaría sencillo explicarle a un sector de sus votantes la pirueta, pero no sería tan fácil hacerlo en un sector refractario en extremo a La Cámpora, de Cote Rossi, Nuevo Encuentro de Petite Francese, Kolina, el Movimiento Evita y todo el resto de la tradicional caterva kirchnerista.

Algunas luces de alarma y porque no de espanto ya encendieron en el despacho de calle Sarmiento, es que además de lo políticamente incorrecto, obligarse a un acuerdo con Gabriel Macchi, Cote Rossi, Juan Cano y Petite Francese es casi exponerse de antemano a la traición.

Algunos afirman que, de suceder esa situación, el oficialismo buscaría acuerdos con otros sectores del peronismo Nac&Pop menos refractarios a un sector conservador del “electorado verde”, la misma fuente dice que días pasados fue visto salir del municipio a un dirigente que parecía alejado del barrial espeso de la política local.

Los Incorregibles

El peronismo protokirchnerista chascomunense nunca deja de sorprender, siempre es una caja de pandora, la visita de Axel Kicillof no fue el catalizador interno esperado, tampoco hacia afuera, La Cámpora sigue empecinada en protagonizar estos y otros conclaves y la gente que fue en buen numero a su acto, salió espantada.

Gabriel Macchi volverá casi con seguridad a insistir en una candidatura a intendente con el rejunte de tribus, sectores y agrupaciones que nadie, ni el propio candidato conduce, y eso en el peronismo, es sinónimo de desastre electoral.

El exintendente Fernandino arrimó el bochín, pero mantiene un juego pendular con su sobrino Ramiro Ferrante. Las fuentes indican que le habría sugerido a Macchi desprenderse de varios sectores pero, éste es renuente a salir de su zona de confort.

Santiago López Osornio, típico aspirante a concejal sin votos, fue indirectamente escrachado esta semana por una práctica habitual y recurrente, según los comentarios de supuestos damnificados en redes sociales, gente de su entorno íntimo estaría vinculada al cobro indebido en asignaciones de planes sociales, una fuente aseguró que retenían las tarjetas bancarias a los beneficiarios. Una aberración.

¿El gran ausente?

Desde 2005, cuando fue electo concejal, Marcelo Muscarello ocupó buena parte del centro de la escena política del peronismo local, dos veces electo Presidente del PJ, intentó una candidatura a intendente en 2015, La Cámpora con otros sectores del kirchnerismo embalaron a Gabriel Macchi y lo que pudo ser una sociedad perfecta, naufragó sin más.

Desde entonces, salvo alguna aparición esporádica, Muscarello eligió el perfil bajo, aunque pensar que está retirado es un error de cálculo, discretos emisarios lo han contactado, lo quieren en la foto de la unidad, pero hasta ahora, es el único que se ha resistido, gente de su histórico entorno, van y vienen, pero no han logrado convencerlo.

Algunos aseguran que está viendo algo que otros no perciben, lo cierto es que fue invitado a participar de reuniones y firmar comunicados, un concejal y “Tata” Fernandino serían el vínculo, hasta ahora sin resultado.

Se doblan, se rompen, se quiebran

Los radicales no están en coma 4 pero sí en terapia intensiva, mitad de ellos creen que Cambiemos fue un hibrido que ya fracasó, otros aun privilegian prebendas y canonjías que justifican cualquier definición política.

En Chascomús todavía no logran despejar si Ramiro Ferrante es radical o una rara avis, de esas que supo cultivar el macrismo, hoy pareciera que en grave riesgo de supervivencia.

Que si, que no, el ronroneo y los concejos de su tío, (otra vez Tata Fernandino), quien le sugería dejar pasar el convite, se terminaron cuando Federico Salvai, jefe de Gabinete de María Eugenia Vidal, le ordeno avanzar en su posible candidatura a intendente, aunque no está todo dicho.

Las dos principales líneas del radicalismo vinculadas a Juan Gobbi y Liliana Denot ya largaron a sus perros a la calle, Osvaldo Battisacchi y Santiago Dos Santos tienen una muy pesada carga, arrastran 25 años de gestión radical que también los tuvo como protagonistas, hacerse los distraídos entonces sería poco serio de su parte.

Ambos médicos conservan una buena imagen entre pacientes y militantes radicales, en el resto del chascomunense promedio la realidad es muy otra, las comparaciones son siempre odiosas pero cuando se comparan gestiones con la actual, las diferencias son notables.

Hasta ahora la oposición en su conjunto no ha logrado hilar un discurso o una propuesta alternativa para demostrar que podrían ser mejores que Unidad por Chascomús, radicales criticando porque se hace lo que ellos no y peronistas enfrascados en sus propias contradicciones, parecen despejar el camino de la reelección de Javier Gastón.

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